Las interacciones alimentos-medicamentos antihipertensivos: muy presentes y previsibles aunque muchas veces desconocidas

Los antihipertensivos pueden interaccionar con algunos alimentos habituales en nuestra vida diaria y por eso es importante conocer sus riesgos y qué interacciones pueden provocar una disminución del efecto del medicamento.

La hipertensión arterial (HTA) es una afección que aumenta notablemente el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular y es una de las principales causas de mortalidad, afectando cada vez más a adultos e incluso a muchos niños españoles. En concreto, en la población general adulta de España la prevalencia de HTA es de aproximadamente un 35%, llegando al 60% en las personas mayores de 60 años. Es por eso que el uso de antihipertensivos es muy habitual en personas con hipertensión.

La importancia de llevar una alimentación saludable

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el elevado consumo de sal es un factor de riesgo clave en la hipertensión y la enfermedades cardiovasculares. Actualmente, el consumo de sal de la inmensa mayoría de la población española alcanza los 10 gramos diarios. Esta cifra es el doble del máximo propuesto por la OMS, que considera que no deberíamos superar los 5 gramos (una cucharadita de café) diarios de sal y preferentemente que sea yodada. En esta cifra hay que incluir el sodio de todas las fuentes alimentarias, teniendo en cuenta que hasta un 80% de la sal que tomamos no ha sido incorporada por el usuario, ya sea en la cocina o en la mesa. La OMS estima que podría llevarse una vida más saludable y evitarse hasta 2,5 millones de muertes anuales si el consumo de sal actual de sal se redujera a los niveles recomendados.

Afortunadamente, la hipertensión se ve muy beneficiada por el cambio de estilos de vida mayormente por 3 factores: Ejercicio físico, alimentación y descanso, trio para una buena salud. No obstante, si el médico decide prescribir medicación para poder controlar la presión arterial elevada, hay que tener en cuenta que los fármacos antihipertensivos tienen un margen terapéutico estrecho, es decir, su dosis terapéutica es cercana a la dosis tóxica y por este motivo son susceptibles a interaccionar con determinados alimentos. Además, hay grupos de población con mayor riesgo de interacciones que necesitan recibir especial atención: ancianos, personas de bajo peso corporal, personas con insuficiencia renal, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas -como cáncer o sida- o que reciben tratamiento con anticoagulantes.

¿Qué alimentos o nutrientes pueden potenciar o disminuir el efecto de la medicación para la presión arterial?

• La ingesta elevada de regaliz -presente en chicles, caramelos, bombones, cigarrillos o cervezas con el fin de mejorar su gusto- aumenta la presión arterial y, además, disminuye los efectos de los medicamentos que se utilizan para bajar la presión arterial .

• El pomelo («pomelo») o el zumo de pomelo se desaconseja, ya que incrementa el efecto de algunos medicamentos utilizados para tratar la hipertensión y pueden aparecer reacciones de toxicidad.

• Un consumo elevado de sal puede disminuir el efecto de los medicamentos para tratar la hipertensión. De modo que hay que seguir una alimentación baja en sal si se tiene la presión arterial elevada, tanto si se toma algún medicamento antihipertensivo como si no. También es importante evitar los medicamentos que contengan mucho sodio a su composición, como por ejemplo los medicamentos efervescentes.

• La ingesta excesiva de alimentos ricos con potasio (como el kiwi, el plátano, espinacas, etc.) o el uso de sustitutivos de la sal (contienen cloruro potásico) puede aumentar los niveles en sangre de potasio con la consiguiente aparición de arritmias cardiacas en el caso de determinados medicamentos antihipertensivos que aumentan la cantidad de potasio presente en nuestro cuerpo, como los diuréticos ahorradores de potasio (espironolactona) y los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA: captopril, enalapril).

• Un abuso de alimentos que contengan nitritos y nitratos como conservantes (especialmente los cárnicos curados) puede potenciar el efecto hipotensor de los fármacos antihipertensivos.

Tanto en la prevención como en el tratamiento de la hipertensión es fundamental seguir una alimentación saludable, que se define como aquella que está formada fundamentalmente por alimentos de origen vegetal poco procesados, es decir, incluye una amplia abundancia de frutas frescas, hortalizas, verduras, legumbres, frutos secos y cereales integrales (pan integral -preferentemente sin sal-, pasta integral o arroz integral). Además de no abusar del salero a la hora de cocinar y en la mesa, es imprescindible no abusar de las principales fuentes alimentarias de sal que en la población española son el pan, los embutidos, las conservas, los quesos y los alimentos precocinados, que suponen hasta el 80% de la sal que consumimos. Otro consejo fundamental es realizar al menos 30 minutos de ejercicio físico cada día, dejar de fumar y cuánto menos alcohol consumimos, mejor.

Las interacciones alimentos-medicamentos se pueden prevenir con una actuación conjunta del equipo de profesionales sanitarios, de entre los que resulta de especial relevancia el Dietista-Nutricionista que tiene la responsabilidad específica de suministrar al paciente unas recomendaciones dietéticas que se posicionen claramente por el bienestar público por encima de las demás consideraciones.

Bibliografia:

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