Según la OMS, las enfermedades por riesgo cardiovascular son la principal causa de muerte en todo el mundo. Se calcula que cada año las muertes por estas enfermedades son mayores que por cualquier otra enfermedad o causa. Pero, ¿cuáles son las causas de estas enfermedades?
En 2011, se publicó el estudio DARIOS (Grau et al., 2011) que analizaba la prevalencia conjunta de los factores de riesgos cardiovascular de 11 estudios desarrollados en la primera década del siglo XXI en España. El estudio mostró que los factores de riesgo más prevalentes fueron la hipertensión arterial (el 47 % en hombres y el 39 % en mujeres), la dislipemia con colesterol total ≥ 250 mg/dl (el 43 % en hombres y el 40 % en mujeres), la obesidad (el 29 %), el tabaquismo (el 33 % en hombres y el 21 % en mujeres) y la diabetes mellitus (el 16 % en hombres y el 11 % en mujeres).
Las consecuencias que tienen estos factores de riesgo para la salud pueden ser muy graves, pues la probabilidad de sufrir un infarto o un accidente vascular cerebral es mayor. ¿Y qué costes representan para las empresas estos factores de riesgo? El estudio ICARIA (Calvo-Bonacho et al., 2017) trató de dar respuesta a esta pregunta. El objetivo del estudio era analizar si los cambios en el riesgo cardiovascular se asocian con la duración y los costes de la incapacidad temporal.
Los resultados mostraron que la evolución del riesgo cardiovascular en un periodo breve de un año está asociada con cambios significativos en la incapacidad temporal durante el año sucesivo. El estudio mostró que los trabajadores que mejoraban su riesgo cardiovascular tenían un comportamiento similar en relación a la incapacidad temporal que los que tenían un nivel de riesgo bajo. Por otra parte, lo que tenían un riesgo cardiovascular moderado o alto y no lo controlaban presentaban más incapacidad temporal durante el año sucesivo.
Lo más relevante del estudio ICARIA es que en un período corto de un año ya se puede conseguir un impacto positivo en la salud de las personas. Uno de los factores protectores del riesgo cardiovascular y con los que se pueden conseguir resultados positivos a corto plazo es con la práctica de actividad física. Estudios recientes muestran como la simple práctica de andar ya tiene efectos positivos para la reducción del riesgo cardiovascular (Bicalho et al., 2018).
Por lo tanto podemos concluir que el impacto de implantar ejercicio físico en la empresa no es sólo para la prevención de lesiones, sinó que también lo es para la disminución de factores de riesgo modificables, como el riesgo cardiovascular.
En Biwel somos una empresa líder en la implantación de programas de salud empresarial con la promoción de la actividad física en la empresa cómo pilar de un estilo de vida saludable y la reducción del riesgo cardiovascular. Nuestra plataforma ayuda a las empresas saludables a mejorar la adherencia de sus trabajadores a la actividad física mediante la gamificación
Referencias
Bicalho, P.G., Géa-Horta, T., Moreira, A.D., Gazzinelli, A., y Velasquez-Meléndez, G. Association between sociodemographic and health factors and the practice of walking in a rural area. Cien Saude Colet, 23(4), 1323-32.
Grau, M. et al. (2011). Factores de riesgo cardiovascular en España en la primera década del siglo XXI: análisis agrupado con datos individuales de 11 estudios de base poblacional, estudio DARIOS. Rev Esp Cardiol, 64, 295-304.
Calvo-Bonacho, E. et al. (2017). Association Between Improvement in Cardiovascular Risk Profile and Changes in Sickness Absence: Results of the ICARIA Study. Rev Esp Cardiol, 70(11), 941-951.