Los microhábitos se han puesto de moda y, frecuentemente, el término se utiliza de una manera confusa.
Este término fue popularizado en 2018 por James Clear en su libro Atomic Habits.
Clear define los hábitos atómicos o microhábitos como aquellos pequeños cambios, ganancias o mejorías de un 1 por ciento.
¿Por qué fracasamos cuando queremos mejorar nuestra vida?
A menudo pensamos que para cambiar de vida tenemos que hacer cambios grandes. Queremos dejar de fumar, reducir el consumo de azúcar y carne, hacer ejercicio tres días por semana y aprender a meditar.
Obviamente, es muy difícil que logremos todos estos cambios en un periodo corto de tiempo, y nos frustramos porque nos supone demasiado esfuerzo, tirando la toalla casi antes de empezar.
Lo revolucionario de los microhábitos es que generan satisfacción instantánea, y eso nos ayuda a perseverar en nuestros cambios.
Por ejemplo, imaginemos que quieres salir a correr todos los días durante 90 minutos. Y que hace años que tu rutina y ‘falta de tiempo’ te impide dedicar siquiera un día a la semana. Además, has probado varias veces (casi siempre unido a promesas de año nuevo) y has fracasado en tu empeño, sintiéndote mal contigo mismo, y resintiendo tu autoestima.
Lo primero que puedes hacer es plantearte objetivos realistas. Es mejor hacer ejercicio tres días por semana que no hacerlo nunca. Una vez tengas tus objetivos bien definidos, debes pensar en un microhábito que te ayude a llegar a tu objetivo principal. Siguiendo con el ejemplo anterior, si te has propuesto salir a correr 60 minutos tres días por semana, un microhábito podría ser salir a correr cinco minutos los lunes, miércoles y viernes.
¿Cómo lograr que funcione un microhábito?
Hay una serie de reglas para que un microhábito cumpla su función, que no es otra que fomentar la consecución de los objetivos marcados previamente.
- Piensa un microhábito que sirva a un objetivo que realmente quieras lograr.
- Piensa un microhábito tan pequeño que no puedas poner ninguna excusa para no hacerlo. Es imposible que no tengas cinco minutos para salir a correr, o dos minutos para meditar… De esta manera, no podrás echar mano al socorrido ‘no tengo tiempo’.
- No te lo puedes saltar nunca, bajo ningún concepto (salvo fuerza mayor).
- Integra el microhábito dentro de tus rutinas. Piensa en el mejor momento para integrarlo, por ejemplo, puede ser antes de desayunar, o cuando llegues del trabajo.
- Hazlo siempre a la misma hora, puedes incluso ponerte una alarma para asegurarte de que no se te pasa.
- Piensa en una progresión, a lo mejor después de dos semanas saliendo a correr cinco minutos, puedes aumentarlo a diez minutos, y así sucesivamente hasta llegar a tu objetivo de 60 minutos.
¿Lo mejor de todo?
Es muy probable que si sales a correr cinco minutos, alargues tu carrera un poco más, aumentando tu confianza en ti mismo y motivándote a seguir superándote un poco más cada día.
Clear llama a estas decisiones “hábitos atómicos”: tan pequeños como una partícula, pero tan poderosos como un tsunami.
Nuestros programas de bienestar están enfocados a promover hábitos de vida saludable entre los equipos de las organizaciones. Mediante cambios en el estilo de vida, las personas consiguen aumentar su bienestar físico, mental y emocional, repercutiendo en un beneficio para toda la organización.